06 febrero, 2011

Cuando no me gusto

Yo desayuno pinto con pan un día a la semana: los domingos.

Los domingos también procuro empezar mi día como si fuera una oda a la trivialidad: desayuno leyendo la Teleguía.

Y la Teleguía me contó hoy algo tan relevante que me vine a bloguear: Ignacio Santos está saliendo con Nancy Dobles.

El rollo acá es que esta "noticia" -tan vieja como mi bruxismo- habría pasado con la irrelevancia que se merece, de no ser porque soy una nena prejuiciosa, que trata de disfrazar su comportamiento elitista -en extremo contrastante con su comehuevismo crónico- poniéndole la máscara de "altos estándares".

"No entiendo a los hombres que buscan una mujer que se encuentre por debajo de su nivel, así se sienten seguros. Los hombres así son débiles. No quiero ninguno así en mi vida" ¿Nivel? ¿Hombre en mi vida? ¿Y si es la mujer la que busca a un hombre" por debajo?

Y entonces trasciende, y ya no pienso solamente en el detalle de las relaciones de pareja, sino en todos mis demás estándares que es casi imposible para cualquier humano poder cumplir ( incluyéndome).

Y (me) castigo.

Y reduzco a todo aquel que se revele contra mis estándares y decida ser un individuo diferente al que yo decidí que debería ser.

Y ahí es cuando no me gusto.

2 comentarios:

Ameyal dijo...

Y la gente imperfecta que te rodea y te quiere, a veces se siente dolida o a veces sufre de veras con tus castigos. Porque resulta que nunca, nunca podrán llegar a esos estándares...y erróneamente hasta llegan a creer que vos sí.

Sí, crecí viendo a alguien así...afortunadamente, los años que he vivido me han enseñado otro camino.

Andrea dijo...

wow..de repente sentí como si yo hubiese escrito esta entrada. Saludos