Ella me gusta. Como escribe, como actúa, como se ve. Es hermosa.
No la conozco lo suficiente, realmente nuestra relación se ha estrechado desde que la leo en Proa, periódicamente, los domingos (aquí el histórico que arroja el buscador de La Nación)
La siento cercana. Tan cercana que cuando la veo en Multiplaza del Este no puedo evitar mirarla, por dos segundos, con una sonrisa en el rostro.
No sé con que frecuencia exacta se publica. Sé que cada vez que abro la revista y veo su foto sonrío. "Hermosa manera de empezar el domingo" me digo. Hoy, mientras me comía mi "sanguchito" de queso con tomate y cebollita, abrí la revista y sonreí.
Y me dolió. Como cuando una amiga te dice algo que no esperabas, y te quedás "enclochado", pensado, y al rato se te escapa de entre los labios "¿Mae, al chile pensás así?"
Y ya mi sanguchito no me sabe tan rico como cuando le di el primer mordisco. Y terminé de leer la nota. E intenté dejar atrás esa primera frase que me desubicó y disfrutar el resto (que realmente es disfrutable), pero empiezan a llegar preguntas:
Me voy a bañar y decido que le voy a escribir, así, como las amigas que somos (aunque ella no lo sepa aun), con toda sinceridad y con todo cariño.
Reviso la publicación y el correo que aparece "proa@nacion.com" O sea... Yo a una amiga no le voy a escribir a ese correo.
Entonces lo escribo acá.
Yo le tengo cariño (a ella o a sus letras, no sé. ¿Será que ella es sus letras?)
Yo le sigo teniendo cariño.
¿Acaso tenemos que pensar igual en absolutamente todo para ser amigas?
Un abrazo Ana, uno grande.
No la conozco lo suficiente, realmente nuestra relación se ha estrechado desde que la leo en Proa, periódicamente, los domingos (aquí el histórico que arroja el buscador de La Nación)
La siento cercana. Tan cercana que cuando la veo en Multiplaza del Este no puedo evitar mirarla, por dos segundos, con una sonrisa en el rostro.
No sé con que frecuencia exacta se publica. Sé que cada vez que abro la revista y veo su foto sonrío. "Hermosa manera de empezar el domingo" me digo. Hoy, mientras me comía mi "sanguchito" de queso con tomate y cebollita, abrí la revista y sonreí.
Y me dolió. Como cuando una amiga te dice algo que no esperabas, y te quedás "enclochado", pensado, y al rato se te escapa de entre los labios "¿Mae, al chile pensás así?"
“Ámese a una mujer con la suficiente tenacidad como para que ella acceda a reproducirse (...)"
(Acá el texto completo)
(Acá el texto completo)
Y ya mi sanguchito no me sabe tan rico como cuando le di el primer mordisco. Y terminé de leer la nota. E intenté dejar atrás esa primera frase que me desubicó y disfrutar el resto (que realmente es disfrutable), pero empiezan a llegar preguntas:
¿Entonces una mujer que decida no reproducirse lo hace porque no ha sido amada?
¿Será que entendí mal?
¡Que cagada que en verdad no sea mi compa y podamos conversar de esto con un café!
¿Será que entendí mal?
¡Que cagada que en verdad no sea mi compa y podamos conversar de esto con un café!
Me voy a bañar y decido que le voy a escribir, así, como las amigas que somos (aunque ella no lo sepa aun), con toda sinceridad y con todo cariño.
Reviso la publicación y el correo que aparece "proa@nacion.com" O sea... Yo a una amiga no le voy a escribir a ese correo.
Entonces lo escribo acá.
Yo le tengo cariño (a ella o a sus letras, no sé. ¿Será que ella es sus letras?)
Yo le sigo teniendo cariño.
¿Acaso tenemos que pensar igual en absolutamente todo para ser amigas?
Un abrazo Ana, uno grande.
3 comentarios:
ser " un decir"?
Me da tan buena vibra ella, aunque no la conozco personalmente. Un saludo.
Parece una mujer muy atractiva, bohemia.
Me gustó tu blog.
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