Pues tenemos una historia recurrente con los zorritos (no sé por qué les decimos zorros, o zorros pelones o todo eso si, creo, en verdad se llaman zarigüeyas). De hecho, es un problema familiar (no el de decirles zorros, sino el problema de mi historia recurrente).
El asunto es que desde hace algunos años (sí, años) ha habido temporadas en las que algunas criaturas han decidido utilizar el cielorraso de mi casa como su propio hogar.
1:55 a.m. Interrupción (persecución Nº2)
Ahorita explico bien la historia... primero me tengo que tranquilizar...
Ok, estaba con el rollo de los bichos que viven en el cielorraso
2:33 a.m. Interrupción (persecución Nº3)
Listo, no puedo seguir hoy... lo termino mañana (o más tarde)
A ver... son las 8:10 p.m. y sigo con el cuento.
Al inicio eran gatos. A una gata le daba por que, cada vez que le tocaba parir, se iba a hacerlo al cielorraso. Cada vez que pasaba algo así, papi se convertía en carpintero y se iba con la escalera a revisar por donde se metía el gato, a taparle las entradas y todo esto...Pero, sin importar el empeño de mi papá, al poco tiempo volvían a entrar.
(RECORDATORIO: Fijarse, antes de cerrar los accesos, si dentro del cielorraso no se encuentra el gato, con el fin de evitar tener que abrir un hueco -que acaba de cerrar- y meter el palo de la escoba con una salchicha para atraer a su adversario felino.)
El asunto es que de un tiempo para acá son zorros. Y el procedimiento, de cerrar los accesos y todo eso, continúa. Pero con los zorros es mucho más complicado, estos bichitos son buenísimos para las contorsiones y para abrir más huequillos.
A mi en realidad no me molestan mucho, pasan por encima de mi cuarto y se escuchan sus uñas y cuando arrastran la cola, pero aparte de eso no hay gran problema. Sin embargo, hay que recordar que una de las necesidades básicas de cualquier criatura viviente es la de defender su territorio, y como el "macho alpha" de mi familia es mi papá, pues tiene el derecho de continuar la batalla entre especies.
Hace como un par de meses, apareció en la mitad de la calle la "Zorra Mayor" (ojo, esta no es mi suegra) aplastada cual larga era. Hacía poco tiempo había tenido los zorritos, así que pensamos que indefensos, sin una madre que los protegiera y enseñara a ser zorros y zorras respetables, tendrían un final parecido al de su mamacita (q.d.D.g.); pero no... los zorritos lograron sobrevivir.
Los hemos visto en el cuartillo donde se lava la ropa, detrás de la lavadora, comiendo bananos, y los seguimos escuchando pasar por el cielorraso. Todo esto hizo que, el dueño y señor de la casa, decidiera ir a la veterinaria a comprar algo para matarlos (Yo no sabía que un veterinario tenía corazón como para vender algo de esa naturaleza).
Traté de convencerlo de que no se los pusiera... que ellos realmente no están haciendo nada, que no tienen mamá, y fue inútil... Tons me fui por el lado práctico: que no era buena idea que se murieran dentro de la casa por el olor, y que la contaminación tan grande, y que ya lo quería ver abriendo algún lugar para ver como lo sacaban... pero tampoco (la verdad es que casi lo convenzo, pero en eso mami dijo que antes de morir van a buscar agua, por lo que se mueren afuera...¡Oportuna la intervención!)
En verdad me puse triste... pero triste de verdad. Hasta le pedí perdón al espíritu de los zorritos y al de su mamá y trataba de enviarles mensajes telepáticos para que no se comieran lo que fuera que les habían puesto. Fue inútil, se lo comieron (bueno, mami dijo que ella los escuchó comérselo... y es un pecado mortal -más mortal que matar zorritos- el poner en tela de duda lo que la mamá dice).
¡Pero los zorritos son un ejemplo de supervivencia! Mae...¡lo lograron! ¡Pudieron más que las malas intenciones del veterinario descorazonado! De hecho, creo que hasta podrían escribir un libro de autoayuda.
¡Ahhh! Pero todo se paga en esta vida... un intento de asesinato no puede pasar así nada más... y los criminales (o los que juegan de) siempre se olvidan de algún detalle que hace que su crimen los persiga.
Para ponerles el veneno dentro del cielorraso, papi levantó una de las tablitas que se dejan móviles por aquello de alguna reparación eléctrica y por ahí se los pasó, pero, ¡Oh error! se le olvidó cerrarla, y la madrugada de hoy (el día que empecé con el blog), pagó las consecuencias.
Acababa de terminar de hablar con Andrés y me devolvía a la compu, cuando vi a uno de los zorritos pasar del cuartillo donde está la compu hasta la sala de la casa. Que pena con los señores zorros.. pero...¡¡SON RE-FEOS!! y obvio que ahí pegué el grito y corrí al cuarto de mi papá a avisarle que su adversario estaba dentro de su territorio, en la sala, esperando por él.
¡Ja ja ja ja ja ja ja! pues sale papi con pantuflas, en calzoncillos y camiseta y me dice: "Vaya abra la puerta del frente, para sacarlo hasta el corredor y que salga solo". Yo le hice caso y él se fue al patio a traer un machete (ese si lo pude convencer de que no lo usara. Si lo hacía a él le tocaba limpiar la sangre). ¡ja ja ja ja!.... ahí si hubiera sido genial tener la cámara lista... ¡ja ja ja ja!. Papi en calzoncillos, machete en mano, detrás de un zorrito ¡ja ja ja!. La cosa es que se nos escapó tres veces (por eso las interrupciones al inicio del blog).
Casi no pudimos dormir (yo me pude levantar un poco más tarde, por dicha) y al final, los créditos de sacar al zorrito se los llevó Toto, que cuando se levantó a las 5:00 a.m. para alistaste para el cole lo vio, le avisó a papi y con la ayuda de un par de escobazos, lo sacaron al jardín.
No me importa la trasnochada, ni el tener que soportar a un adolescente de 17 años decir lo inútiles que somos para sacar zorros... el hecho de ver a mi papá, machete en mano, en ropa interior y asustado por un zorro de no más de 20 cm, que hacía menos de una semana había intentado matar, simplemente,
¡¡VALIO LA PENA!!
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