22 junio, 2009

Desconocida

Hoy no me siento como yo.


Me levanté de la que no sentí mí cama, me bañé en el que no sentí mí bañó y salí despidiéndome de mis papás (esos son míos sin importar como me sienta).


Manejé el que no sentí mi carro, por la ruta de siempre que hoy no sentí mía, y llegué hasta el que no siento mí trabajo.

Me serví café en una taza que me parece extraña y me comí el sándwich que me preparé en la mañana. Supo a sándwich hecho por y para otra persona.


Me senté en un escritorio por completo familiar pero desconocido.


Y ahora escribo con la esperanza de que estás líneas sirvan como un espejo y en algún momento el reflejo me haga reconocerme.

1 comentario:

Eugenio García dijo...

Al menos es tu texto... jeje.