Me llegó uno de esos miles de millones de correos cadena. En condiciones normales lo habría eliminado sin leerlo, pero por ser el primero que me mandaba esa persona, decidí darle una ojeadita. Además, el título: “Las mujeres valen demasiado”, merecía el beneficio de la duda.
Nada especial. Una pregunta: ¿Qué buscan las mujeres en un hombre? Una respuesta: Bla, Bla, Bla.... nada que me sorprendiera. Es de esos mensajes en los que uno rapidito dice: “aahh, este es uno de esos en los que un hombre que se considera muy sensible escribe lo que cree que las mujeres buscan en los demás” (Y eso que se acaba de leer es un prejuicio personal).
¿Buscar? ¿Andar buscando? ¿Las mujeres andamos en una constante búsqueda de pareja? ¿Existe una lista universal del hombre que “buscamos”? ¿Realmente todas las mujeres somos tan iguales y estamos tan seguras de lo que queremos? Pero bueno....
La cosa es que el mensaje este me puso a pensar en varias relaciones de pareja.
Primero que todo, en la de “La Hormiguita y el Ratón Pérez”. Sí, la misma hormiguita que barriendo su casita se encontró un cinco, con ese cinco se compró una cinta, se la puso en su cabecita y se sentó en la ventana a ver pasar el mundo ante sus ojos. La hormiguita que, gracias al lazo de la cabecita encontró (¿Sería que estaba buscando?) una gran variedad de pretendientes y solicitudes matrimoniales. Mae... seguro si estaba buscando, porque sabía muy bien lo que quería:
- Hormiguita ¿Te querés casar conmigo?
- ¿Y cómo me cantas tu?
Se casó con el que no la asustó (debe ser difícil que una hormiguita no se asuste con un perro, o un gato o un gallo): Con el Ratón Pérez.
Esta hormiguita que quedó viuda “antes de tiempo” (¿Hay un “tiempo” para quedar viuda/o?) y, por lo tanto, toda la creación se rasgó las vestiduras (que viene siendo lo mismo que cortarse el piquito o la cola, ponerse a secar o romper la cántara) mientras ella “lo siente y lo llora”
Pensé después en “La Cucarachita mandinga y sus tres novios” ¿Tres novios? Pues sí, tres novios ratones (parece ser que los ratones son “toda”). En este creo que la cucarachita no sabía lo que buscaba en sus novios (tal vez por eso tenía tres), pero sí sabía lo que ella buscaba dentro de si: Buscaba hacer unos barbudos impresionantemente ricos, unos tacacos en miel para chuparse los dedos, una sopa de mondongo deliciosísima y de lo demás no me acuerdo (de hecho, no estoy por completo segura de la sopa).
“Naturalmente”, la cucarachita esperaba tanto de ella que, cuando no lo pudo dar, no le quedó de otra que ver salir por la puerta a sus tres novios y llorar amargamente.
Luego llegó a mi mente la súper famosa pareja de “Popeye y Oliva”. ¡Esta loca si que no tiene idea de que es lo que “busca”! Emparejada con un responsable marino, que le lleva flores a su casa y la trata como toda una dama y que además tiene el “plus” de que “comiendo espinacas sus puños machacan y a todos podrá vencer ¡que tiemblen los malos al ver que sus brazos de hierro parecen ser!”, decide flirtear con un hombre tosco, peligroso e irreverente pero increíblemente musculoso (eso si, sin espinacas) quien la logra conquistar con una rascadita en la barbilla y haciéndole ojitos.
Nada especial. Una pregunta: ¿Qué buscan las mujeres en un hombre? Una respuesta: Bla, Bla, Bla.... nada que me sorprendiera. Es de esos mensajes en los que uno rapidito dice: “aahh, este es uno de esos en los que un hombre que se considera muy sensible escribe lo que cree que las mujeres buscan en los demás” (Y eso que se acaba de leer es un prejuicio personal).
¿Buscar? ¿Andar buscando? ¿Las mujeres andamos en una constante búsqueda de pareja? ¿Existe una lista universal del hombre que “buscamos”? ¿Realmente todas las mujeres somos tan iguales y estamos tan seguras de lo que queremos? Pero bueno....
La cosa es que el mensaje este me puso a pensar en varias relaciones de pareja.
Primero que todo, en la de “La Hormiguita y el Ratón Pérez”. Sí, la misma hormiguita que barriendo su casita se encontró un cinco, con ese cinco se compró una cinta, se la puso en su cabecita y se sentó en la ventana a ver pasar el mundo ante sus ojos. La hormiguita que, gracias al lazo de la cabecita encontró (¿Sería que estaba buscando?) una gran variedad de pretendientes y solicitudes matrimoniales. Mae... seguro si estaba buscando, porque sabía muy bien lo que quería:
- Hormiguita ¿Te querés casar conmigo?
- ¿Y cómo me cantas tu?
Se casó con el que no la asustó (debe ser difícil que una hormiguita no se asuste con un perro, o un gato o un gallo): Con el Ratón Pérez.
Esta hormiguita que quedó viuda “antes de tiempo” (¿Hay un “tiempo” para quedar viuda/o?) y, por lo tanto, toda la creación se rasgó las vestiduras (que viene siendo lo mismo que cortarse el piquito o la cola, ponerse a secar o romper la cántara) mientras ella “lo siente y lo llora”
Pensé después en “La Cucarachita mandinga y sus tres novios” ¿Tres novios? Pues sí, tres novios ratones (parece ser que los ratones son “toda”). En este creo que la cucarachita no sabía lo que buscaba en sus novios (tal vez por eso tenía tres), pero sí sabía lo que ella buscaba dentro de si: Buscaba hacer unos barbudos impresionantemente ricos, unos tacacos en miel para chuparse los dedos, una sopa de mondongo deliciosísima y de lo demás no me acuerdo (de hecho, no estoy por completo segura de la sopa).
“Naturalmente”, la cucarachita esperaba tanto de ella que, cuando no lo pudo dar, no le quedó de otra que ver salir por la puerta a sus tres novios y llorar amargamente.
Luego llegó a mi mente la súper famosa pareja de “Popeye y Oliva”. ¡Esta loca si que no tiene idea de que es lo que “busca”! Emparejada con un responsable marino, que le lleva flores a su casa y la trata como toda una dama y que además tiene el “plus” de que “comiendo espinacas sus puños machacan y a todos podrá vencer ¡que tiemblen los malos al ver que sus brazos de hierro parecen ser!”, decide flirtear con un hombre tosco, peligroso e irreverente pero increíblemente musculoso (eso si, sin espinacas) quien la logra conquistar con una rascadita en la barbilla y haciéndole ojitos.
Como si el hecho de que el galán se llamara Brutus no fuera suficiente para ser precavida, Oliva se da cuenta de su error hasta que ve como su vida corre peligro y no duda en, ahora sí, llamar a su eterno novio: “¡Popeye, ayuda Popeye!”
Ojo: todos son personajes de FICCIÓN
Cualquier semejanza con la realidad ... ¿Es pura coincidencia?
Cualquier semejanza con la realidad ... ¿Es pura coincidencia?
12 comentarios:
jajajajaja
Increible que a uno cuando chiquito sean esos los cuentos que le meten en la cabeza y después nos quejamos de por que la sociedad está como está...
Muy bueno este post, hace incapie en cosas que muchas veces ignoramos pero que están ahí tan presentes como siempre.
Jajajaja... con todo respeto, pero doña Carmen Lyra tenía unos rollos machistas-rascistas-clasistas que no se los quita nadie... y todos nosotros crecimos leyándola!
Olivia... un caso. Además de indecisa, la verdad es que era una chillona un poco insoportable. Jaja... "ayudaaaa". ¿Quién la tiene metiéndose en broncas?
Nadie sabe lo que buscamos las personas, o quizá no somos más que dibujos anmimados
besitos
Que lindo, me recordaste el cuento de la hormiguita, el de la cucarachita mandinga nunca lo habia escuchado, el que me sabia era una versón de la hormiguita y el ratón perez de Carmen Lyra. ¡Que ganas de un buen arroz con leche!!
Matri, este puede ser el mejor post que he leido en un buen rato. Me quito el sombrero.
Este post esta buenisimo. Hasta qeu no te pones a analizar cuidadosamente este tipo de cosas, no te das cuenta todos los detallitos terribles de las fabulas, los cuentos y hasta las canciones de cuna.
De Carmen Lyra me gustaban sus cuentos, pero siempre la linda, era la machita jajaja
Bueno, acabo de escribir y lindo y detallado mensaje, que fue brutalmente borrado por esta mierda de blogger.
En resumen, comparto su opinión, me solidarizo, a mí también me indignan los cuentos infantiles tradicionales (a Carmen Lyra no me la toquen) y lea a Yadira Calvo.
De acuerdo con la opinión generalizada, esta increible el Post... brillante, hay un libro que se llama "cuando los cuentos crecen" de Evelyn Ugalde... muy bueno, muy crítico me parece!!
http://www.clubdelibros.com/repocuandocrecencuentos.htm
Bueee siempre he tenido mis dudas de una aparente drogadicción de Popeye...
Por lo demás: es fácil. Las cosmos tienen la respuesta, siempre nos dirán (a nosotras mujeres, sedientas de que nos lleven flores y nos cortejen) cómo encontrar al hombre perfecto y de paso convertirnos en la mujer perfecta en todos los sentidos...
Blah!!!
Es para meditar un poco...
No lo veo tan así. La mujer inteligente de hoy, no anda buscando casarse con nadie, como la hormiguita, tal vez porque lo que encuentra para ese fin son todos "ratones" (en mi país se dice que es un ratón aquel que no tiene un centavo).
Hoy día busca pareja (sin mayores compromisos), y como pareja un hombre tal vez como Popeye, pero sin espinaca (hoy léase Viagra).
Y por último, por qué eso de quedar viuda ? No necesariamente el hombre debe morir primero...jaja
(defensa machista !!)
Un beso
Verdá que sí: ¿cómo diantres hacía Popeye pa'soportarse a Olivia?
Caro, Gracias. A veces toca fijarse un poquitillo más.
Denise, ¡Muerte a Oliva! je je
Hoichi, pues es muy probable...
Madrigloide, Arroz con leche me quiero casar, con una señorita de la capital....
Sardina, Muchas Gracias (me puse rojita y todo)
Violetta, pues cierto, están por todas partes. Gracias.
Lachi, pues a mi tanto como que me indignen todos no, pero si hay que poner atención.
Victor, Gracias. ¡Y gracias por el link!
Jaqui, cierto ¡Blah!
Hugo, pues son cuentos... hay que verlos como lo que son jeje.
Jaguar... esta cabrona de Oliva...
Muchas gracias a todos
¡Saludos!
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