Despecho I

(Del lat. despĕctus, menosprecio).

1. m. Malquerencia nacida en el ánimo por desengaños sufridos en la consecución de los deseos o en los empeños de la vanidad.
2. m. desesperación.
3. m. desus. Disgusto o sentimiento vehemente.
4. m. desus. rigor ( aspereza). Las inclemencias y despecho de la noche.

Siempre me han gustado las canciones de despecho. Realmente nunca he tenido a quien dedicarle ninguna, y pues, obviamente, si no hay dedicado es porque no he tenido ese sentimiento. Tal vez una vez en la adolescencia...no sé si eso se podrá denominar despecho. Antes de Andrés todas mis relaciones habían tan poco serias –y en algunos casos tan atormentadas- que la “ruptura” (si es que se les podía dar ese nombre) nunca resultó dolorosa. Igual, nunca he sido como “la romántica más romántica” ni la enamoradiza, ni de cortarme las venas.

En fin, la cosa es que, me gustan mucho las canciones de despecho, y de manera particular, la manera que los latinos tenemos para referirnos a este sentimiento.

Hay tantas, tantísmas, que por más que alguien se ponga a enumerarlas, sería imposible que las encontrara todas, cada día, cada hora, cada minuto, debe haber una nueva. Pero hay algunos cantantes que, en particular, me llegan a la cabeza siempre que pienso en este tema.

La reina del despecho, para mi, es Paquita la del Barrio. ¡Ja! Me encanta esa loca. Me muero de la risa cada vez que la escucho, y peor aún si la veo. “Rata de dos patas” es como un himno que toda mujer despechada ha cantado alguna vez en su vida:

“Rata inmunda
animal rastrero
escoria de la vida
adefesio mal hecho

Infrahumano
espectro del infierno
maldita sabandija
cuanto daño me has hecho

Alimaña
culebra ponzoñosa
deshecho de la vida
te odio y te desprecio

Rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
aun siendo el mas maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito.”

Y esta otra, “Taco Placero”. ¡Es que ella es demasiado divertida!

“Yo tan mal acostumbrada
a cenas tan suculentas
yo me esperaba esa noche
una merienda completa.
Y resultaste en el ruedo
el peor de los toreros
esa cenita contigo
me supo a taco placero.”

Inmediatamente me acordé de La India. Ella me hace pensar en una de mis amigas del cole. Un día, después de darse cuenta que el tipo con el que estaba era casado me dijo, entre broma y en serio: “mae, es que me siento apenas como para comprarme un litro de helado de chocolate y poner el casette de La India”. Hay dos canciones en particular que igual me imagino han dedicado en infinidad de Karaokes: “Ese hombre” y “Mi mayor venganza”

“Es un gran necio un estúpido engreído
egoísta, caprichoso
un payaso vanidoso
inconsciente y presumido
falso, malo, rencoroso
que no tiene corazón.

Lleno de celos sin razones ni motivos
como el viento impetuoso
pocas veces cariñoso
inseguro de sí mismo
insoportable como amigo
insufrible como amor.”
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“Ni pienses que voy a pelear por él
Ni sueñes que voy a luchar por él
Yo te lo regalo.
Llévatelo lejos, él es mala suerte
Y yo no lo quiero.

Mi Mayor venganza será,
Será que te quedes con él”

Celia Cruz me recuerda a “La Chimoltrufia” cantando “Tu voz” con el plumero en la mano, pero esta otra canción “Dile que por mi no tema” me parece genial

“Dile a tu nuevo querer
que no hay nada que temer
porque hace ya hace mucho tiempo
que te borré de mi mente
Y no me acuerdo de ti
pues toda mi atención
la tengo puesta en alguien
que lo merece en verdad
al saberme mimar
tal como lo soñé.

Le cuido, me cuida, le beso, me besa
compartimos nuestro cariño
y no me queda ni un instante disponible
para ocuparme de quien
no respeto nunca mi amor
He perdido el tiempo
Pensando creyendo
las falsas promesas que hacías
Ojala puedas hacerle muy feliz
y así no tenga que sufrir la decepción que yo sufrí”

A Ednita Nazario la tengo encasillada como “la eterna amante”, creo que eso es por culpa de mi mamá, pero me encanta verla interpretar las canciones. De estas de despecho, la que más recuerdo (y la que me sé) es “Más mala que tu”

“Tú dices que te marchas
Que ya no te hago falta
Y yo te dejo creer que eres tú el ganador.

Para serte sincera
Yo también te engañaba
Más nunca tuve el valor para quebrarte el corazón

Ya tus maletas están aquí
No tiene caso fingir

Yo también te mentí
Yo también traicioné
El sabor del pecado en tu ausencia probé

Fui más mala que tu, pero me disfracé
De esa dama sumisa que hoy con su amable sonrisa
Te dice que... te vaya bien”

Tengo que reconocer que me gusta Juan Gabriel. Me encanta verlo cantar, me fascinan casi todas las letras de sus canciones, y esta en particular:

“Te pareces tanto a mí que no puedes engañarme.
Nada ganas con mentir,mejor dime la verdad.
Sé que me vas a abandonar y sé muy bien por quién lo haces.
Crees que yo no me doy cuenta
Lo que pasa es que ya no quiero más problemas con tu amor.

Que te vas a ir con él
está bien yo no me opongo.
Te deseo que seas feliz
pero te voy a advertir
Que si vuelves otra vez
no respondo.
Crees que yo no me doy cuenta
Lo que pasa es que ya no quiero mas problemas con tu amor.

(...)

Y ése tonto que te quiere
Y que se enamoró de ti
No sabe lo que le espera
Y piensa que va a hacer feliz.
Inocente pobre amigono sabe que va a sufrir.

Sobre aviso no hay engaño
Y sé muy bien que ya te vas
Dile a ése que hoy te ama
Que para amarte nada más.
Que para eso a él le falta
lo que yo tengo de más”.

Me pongo a rebobinar el casette y creo que mi primer contacto con el tema del despecho fue cuando Cinthya, mi prima preferida, mayor que yo estaba en el colegio. Yo tendría como 4-5 años, y llegaba a cuidarme a la casa cuando mami se iba a dar clases. Entonces, como nos quedábamos solos (ella, Pablo y yo) se ponía a cantar fuertísimo esa canción de Diego Verdaguer:

“Que sufras más
de lo que yo sufrí
que amor, calor, mendigues por ahí.

Quiero que vivas muy sola y que llores tu pena
quiero que siempre te quiten lo que tu más quieras
quiero que toda alegría te vuelva la espalda que nunca consigas por fin ser feliz.”

De esta misma “filosofía” es “Te lloré todo un río” de Maná:

“(...)

Pero este mundo ya giró
y ahora te tocó perder

Bebé te lloré todo un río
bebé, te lloré a reventar
no, no, no, no tienes corazón,
no te vuelvo a amar
te lloré todo un río
ahora llórame un mar.”

“Tu cárcel” de Los Bukis es otro “éxito del despecho”. ¡Buenísima! Pablo la cantaba cuando era pequeñito porque a abuelita Chula le gustaba mucho:

“Pero recuerda, nadie es perfecto y tu lo verás
tal vez mil cosas mejores tendrás
pero un cariño sincero jamás.

Vete olvidando de esto que hoy dejas, y que cambiarás
por la aventura que tu ya verás
será tu cárcel y nunca saldrás”

Hay demasiado que escribir sobre estas canciones, me falta mucho, así que el resto se quedará para un "Despecho II"